
En el ámbito deportivo, durante el año 2006, el Equipo de Gobierno ha sacado pecho para que se lo colmen de medallas: Premio Espiga de Oro otorgado por la Caja Rural, Premio Extremadura del Deporte, entrenador de la Federación Extremeña de Voleibol…
No sabemos que criterios utilizan estas entidades para otorgar estas distinciones, sus razones tendrán y no vamos a ponerlas en tela de juicio. Lo que observamos los ciudadanos de a pie que vivimos en Miajadas, practiquemos deporte o seamos simples espectadores de los distintos encuentros de los equipos federados de Miajadas, es que tenemos un Pabellón Polideportivo en un estado deplorable. Basta que caigan cuatro gotas para que las goteras se prodiguen. Basta que la humedad relativa del aire en el exterior se acerque al 80 % para que el piso exude y la práctica de cualquier actividad se convierta en un deporte de riesgo.
El Pabellón es la infraestructura angular sobre la que se asientan 2/3 partes del deporte de base que se realiza en Miajadas: los entrenamientos y competiciones de todos las categorías de voleibol, balonmano, fútbol sala y baloncesto dependen de esta pista, y sin embargo nada se ha hecho para mejorar la infraestructura. Ni ahora ni cuando el alcalde era concejal de la cosa.
El Equipo de Gobierno se jacta del crecimiento del deporte de base en Miajadas. No le vamos a quitar la razón en lo cuantitativo, es un hecho constatable que nadie puede negar. Prácticamente todas las categorías de ambos géneros tienen un número significativo de niños y adolescentes federados, incluso en actividades deportivas minoritarias, pero no es menos cierto que la mayor inversión deportiva del Ayuntamiento se ha ido a parar a cubrir las gradas del campo de fútbol, deporte-espectáculo profesionalizado y mayoritario. Y, sobre todo, no es menos cierto que el deporte de base se sustenta en un montón de ciudadanos voluntarios que colaboran de manera desinteresada como entrenadores. Ellos son la verdadera revolución deportiva de Miajadas y tenemos que estarles muy agradecidos. Ellos son los verdaderos merecedores de esas medallas que se cuelgan el alcalde y el concejal de deportes.
La mayor parte de estos animadores y entrenadores deportivos son gente anónima a los que les mueven encomiables fines altruistas: el deseo de formar una juventud sana física y psíquicamente, la intencionalidad de cubrir el ocio de los jóvenes de manera saludable. Por lo tanto, ¿no es justo que desde el Ayuntamiento, al menos, se les proporcionen las herramientas e infraestructuras necesarias para hacer su trabajo?
El pasado fin de semana Miajadas jugaba como local en un montón de competiciones, que hubo que suspender por temor a accidentes de los practicantes. El piso del Pabellón se puso imposible y algunas caídas pudieron suponer graves lesiones. La cara de los niños y jóvenes y la de sus entrenadores era todo un poema. Los equipos que vinieron de fuera, algunos después de un buen madrugón y 150 Km.. de autobús, se dedicaron a hacer turismo por las gradas. Toda la semana de entrenamientos para encontrar un pabellón con vocación de piscina cubierta. Allí no dio la cara ningún responsable del Equipo de Gobierno, aunque seguramente sí estuvieron el domingo por la tarde, a buen resguardo en las gradas de campo de fútbol, presenciando la victoria local del C.F Miajadas, sacando pecho y abonando el terreno de juego de las próximas elecciones locales.
Comentarios
Estas cosas debería comprobarlas el Ayuntamiento antes de recepcionar y pagar alegremente las chapuzas que contrata. ¡Qué alguien pase la manguera antes de pagar!