Tras un mes de reflexión y debate asambleario, concienzudo y transparente, en Izquierda Unida de Extremadura tomasteis vuestra decisión: abstención de los tres diputados autonómicos de la izquierda en la sesión de investidura de la Presidencia de la Junta de Extremadura. ¿Quién, en su sano juicio democrático -sin intereses mezquinos e inconfesables de por medio-, podría poner en entredicho la ejemplaridad del método? ¿No es exactamente eso -horizontalidad y transparencia- lo que están exigiendo hoy cientos de miles de ciudadanos en las calles a los partidos políticos?
A mí no me gusta un pelo que a Extremadura la gobierne el Partido Popular. Pero no ha sido IU la que ha cedido decenas de miles de votos al PP para engrosar su victoria en las urnas, ni la que ha ejecutado políticas neoliberales que han allanado su camino hacia el poder. Y, en cambio, sí resulta extraordinario el respeto mostrado a las bases y la militancia de su partido por parte de los líderes autonómicos de IU, así como la paciencia y la prudencia mostrada por estos últimos durante semanas de un desmesurado, no deseado y, en muchas ocasiones, malintencionado protagonismo mediático.
¿Que se ha incumplido un acuerdo anterior? Para eso están las bases vivas de una izquierda viva, para actualizar o desechar compromisos que el tiempo o las circunstancias han convertido en obsoletos. ¿Que los líderes de IU federal están molestos y amenazan con sanciones? No es la primera vez, ni será la última, que quienes habitan las cumbres pierden la perspectiva de lo que acontece en los valles. ¿Que quienes con vuestra decisión pierden importantes parcelas de poder -y quienes les sirven de voceros desde algunos medios de comunicación- os vilipendian y maldicen sin descanso? Más valor toma la decisión justa cuando se toma contra corriente -que se lo pregunten a los muchos Galileos que en la historia del mundo han sido.
Vuestra decisión de abstención no sólo representa el sentir más que mayoritario de las bases y el electorado de la izquierda extremeña, sino que es, con toda seguridad, la más limpia y ética de las posibles salidas del charco de razones y vísceras en que algunos han pretendido ahogar vuestra capacidad de razonar y decidir.
Desde la oposición, haced propuestas de izquierdas. Impulsad el viraje ético y progresista que necesita la vida pública extremeña. De la mano de los movimientos ecologistas, del (genuino) sindicalismo de clase, de los jóvenes indignados de las plazas, IU ha dado con su decisión un nuevo y decisivo paso hacia una regeneración democrática de la izquierda en nuestra tierra.
Señores diputados Escobar, Casco y Nogales, líderes, cargos públicos, militantes y simpatizantes de Izquierda Unida de Extremadura: dormid tranquilos. Pase lo que pase, llueva lo que llueva (aunque lo que llueva ahora sean sobre todo piedras), la difícil decisión que habéis tomado camina con ambos pies por sobre el sendero de la honradez y la dignidad -ese que es propio de la izquierda, y del que nunca debe desviarse, si es que pretende seguir siendo merecedora de ese nombre.
¡Salud y República!
Francisco Moriche Mateos
A mí no me gusta un pelo que a Extremadura la gobierne el Partido Popular. Pero no ha sido IU la que ha cedido decenas de miles de votos al PP para engrosar su victoria en las urnas, ni la que ha ejecutado políticas neoliberales que han allanado su camino hacia el poder. Y, en cambio, sí resulta extraordinario el respeto mostrado a las bases y la militancia de su partido por parte de los líderes autonómicos de IU, así como la paciencia y la prudencia mostrada por estos últimos durante semanas de un desmesurado, no deseado y, en muchas ocasiones, malintencionado protagonismo mediático.
¿Que se ha incumplido un acuerdo anterior? Para eso están las bases vivas de una izquierda viva, para actualizar o desechar compromisos que el tiempo o las circunstancias han convertido en obsoletos. ¿Que los líderes de IU federal están molestos y amenazan con sanciones? No es la primera vez, ni será la última, que quienes habitan las cumbres pierden la perspectiva de lo que acontece en los valles. ¿Que quienes con vuestra decisión pierden importantes parcelas de poder -y quienes les sirven de voceros desde algunos medios de comunicación- os vilipendian y maldicen sin descanso? Más valor toma la decisión justa cuando se toma contra corriente -que se lo pregunten a los muchos Galileos que en la historia del mundo han sido.
Vuestra decisión de abstención no sólo representa el sentir más que mayoritario de las bases y el electorado de la izquierda extremeña, sino que es, con toda seguridad, la más limpia y ética de las posibles salidas del charco de razones y vísceras en que algunos han pretendido ahogar vuestra capacidad de razonar y decidir.
Desde la oposición, haced propuestas de izquierdas. Impulsad el viraje ético y progresista que necesita la vida pública extremeña. De la mano de los movimientos ecologistas, del (genuino) sindicalismo de clase, de los jóvenes indignados de las plazas, IU ha dado con su decisión un nuevo y decisivo paso hacia una regeneración democrática de la izquierda en nuestra tierra.
Señores diputados Escobar, Casco y Nogales, líderes, cargos públicos, militantes y simpatizantes de Izquierda Unida de Extremadura: dormid tranquilos. Pase lo que pase, llueva lo que llueva (aunque lo que llueva ahora sean sobre todo piedras), la difícil decisión que habéis tomado camina con ambos pies por sobre el sendero de la honradez y la dignidad -ese que es propio de la izquierda, y del que nunca debe desviarse, si es que pretende seguir siendo merecedora de ese nombre.
¡Salud y República!
Francisco Moriche Mateos
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