Nos reivindicamos de la Europa que crea derechos, que conquista libertades. Nos reconocemos en la Europa heredera de la Revolución Francesa, de la Comuna de París, de la victoria contra el fascismo, de los intelectuales comprometidos, de los trabajadores que luchan, del espacio del mundo con más protección ambiental, de la Europa que con sus luchas y esfuerzos ha conquistado derechos y avanzado en Estados democráticos y sociales.
Hoy están en riesgo. A esta generación nos toca el reto de reconducir el camino hacia un espacio de derechos, libertades, justicia social y reparto de la riqueza en una perspectiva socialista.
IU y los partidos de la Izquierda Europea exigimos que esta Europa sea una Europa de paz y civil, cuya economía sea sostenible y social, una Europa feminista y desarrollada sobre la base de la democracia y la solidaridad. Para ello necesitamos una nueva sinergia entre las fuerzas sociales y políticas. Se requieren ideas, iniciativas y un gran esfuerzo de las personas que son protagonistas políticos y de las fuerzas democráticas, de los sindicatos y los movimientos sociales y de los representantes de la sociedad civil. Las alternativas son posibles, a través de una lucha común tanto en las calles como en los parlamentos.
Nos sumamos a la lucha del movimiento pacifista, del movimiento antiglobalización, de todos aquellos que se rebelan por la precariedad de la vida, las luchas de los trabajadores, de las mujeres y de los jóvenes.
IU y los partidos de la Izquierda Europea exigimos que esta Europa sea una Europa de paz y civil, cuya economía sea sostenible y social, una Europa feminista y desarrollada sobre la base de la democracia y la solidaridad. Para ello necesitamos una nueva sinergia entre las fuerzas sociales y políticas. Se requieren ideas, iniciativas y un gran esfuerzo de las personas que son protagonistas políticos y de las fuerzas democráticas, de los sindicatos y los movimientos sociales y de los representantes de la sociedad civil. Las alternativas son posibles, a través de una lucha común tanto en las calles como en los parlamentos.
Nos sumamos a la lucha del movimiento pacifista, del movimiento antiglobalización, de todos aquellos que se rebelan por la precariedad de la vida, las luchas de los trabajadores, de las mujeres y de los jóvenes.
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